Trato, pero no puedo, no comprendo, porque el oxígeno me pesa mucho,
porque algo tan infinito como el amor, me entierra en la arena,
a veces no quiero decir adiós, pero siento que no me queda otra,
porque el tacto de nuestra piel ya se murió,
duele, infinitamente duele, tan crudo como real
y tan sincero como el anhelo de vivir en libertad.
Si vivo, es para no morir.
Porque el respiro ya es involuntario.
Y el deseo ya extinto.
Porque sin corazón no se puede sentir.
Y sin amor, vivir.
Un dolor tan fuerte y tan agudo que me parte en dos.
Y una tristeza tan pesada que me hunde en el mar.
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