Me siento como de otro planeta, de otra galaxia, de otro Cosmos, hasta incluso de otra dimensión.
Hablo otro idioma distinto al que descifra tu cerebro, casi manejo otros monosílabos perfectamente sincronizados para que aún estando en el mismo tiempo no logres entenderlos.
Creo que no logro caminar, no encuadro con éste código y no supero la gravedad.
El tiempo me sofoca, la distancia me altera y el clima me aniquila.
Ya no necesito agua para vivir ni mucho menos de oxígeno para seguir bombeando sangre.
No soy de otra clase social, tampoco de otro ecosistema, no entro en los parámetros de belleza y tampoco en la razón.
Es inútil seguir intentando que alguien me comprenda. No manejo tu sentido común ni tampoco tu lógica, ya ni siquiera desperdicio psiquis en descifrar mi aire y escuetamente habito tus sentidos.
Siempre me sentí ajeno a éste lado del cosmos, solo, triste, pero aún así, ya ni siquiera intento hallarme conforme con éste tiempo.
Pero...
... dentro de mi, aún vive ese terrícola que anhela sentir ese océanos detrás de mis oídos para una vez más poder sentirme vivo.
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