Recuerdo que cuando éramos chiquitos nos preguntábamos si la vida nos iba a separar. Tan unidos como si fuéramos nuestro mismo cuerpo. La soledad tan oscura esperaba por nosotros, pero sin conocerla, nunca nos dimos tiempo a sufrirla. Porque cada tarde, cada noche éramos nosotros compartiendo miles de cosas que hoy son recuerdos.
Cuando era chico recordaba mi soledad como un juego individual, tan precario que lo llenaba con tus recuerdos, y era ahí donde te sentía otra vez. Hoy; solo en casa, mirando en los rincones dibujando tu figura. Tan fría la vida a veces, mis sentidos se deterioran y vuelvo a sentir otra vez. Alrededor mío da vueltas tu presencia, tus anécdotas, porque cuando era chico, todo ésto no cabía dentro de un futuro, porque no pretendía cobrar vida.
Y ahí es, cuando tan solo puedo sentirte respirar como aquella dulce vez, porque te siento de nuevo.
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