Rezaría por vos, lo juro, oraría ante todo, pero ya no estoy sobre mis propios pasos. Frente al resplandor del sueño perfecto, a la fantasía adoptada por el ideal, pequeños huracanes destrozan lo que alguna vez fue un lindo paraíso. Hoy, ya no somos personas, no somos nada, lo que antes el afecto importaba, hoy pasó en segundo plano y mi Karmática vida desahogó del mismísimo viento mi sangre para volcarla en la decepción que provoca la alienación humana, porque ya no puedo creerte, y, aunque haya pensado que jamás me lastimarías, acá estoy, en el piso.
Porque realmente hay que ser mala persona para que hoy en día podamos progresar, porque si se tiene valores humanos bien impuestos, hoy, te pasan por encima, porque hoy, un alma, no vale nada, no sirve, deshecho... Basura, desperdicio humano. Y no puedo hacer nada, y a veces me arrepiento de haber cruzado a tu dimensión, quizá, hubiera sido mejor jamás haberte conocido y hoy, sería otra alma sin destino.
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